Los principales problemas que causaron el mayor daño financiero a los australianos fueron las estafas de inversión y el conocido como fraude romántico.
En 2020, los estafadores se aprovecharon de la pandemia del COVID-19 para aprovecharse de los incautos durante la crisis sanitaria.
El año pasado se sustrajo a los australianos la cifra récord de 851 millones de dólares.
Así lo indica un nuevo informe, publicado por la Comisión Australiana de la Competencia y el Consumo (ACCC por sus siglas en inglés).
"Las estafas atraen a distintos grupos, por lo que las personas mayores de 65 años son las que más dinero pierden y tienden a caer en estafas de inversión, románticas o de acceso remoto" asegura la vicepresidenta de la ACCC, Delia Rickard, quien afirma que los estafadores, por desgracia, tienen un truco en mente para todos.
Las estafas de inversión encabezan la lista, con 328 millones de dólares perdidos, más de un tercio de las pérdidas totales.
Le siguen las estafas románticas, con 131 millones de dólares perdidos por corazones solitarios.
Otras personas fueron estafadas mediante fraudes de redirección de pagos, lo que supuso 128 millones de dólares en pérdidas.
Se cree que, debido a que muchas personas no avisaron al organismo de control cuando habían sido víctimas de un estafador, las pérdidas reales pueden haber sido aún mayores.
Entrevistado: El experto en inteligencia y seguridad en la Universidad Charles Sturt en Canberra, Cesar Álvarez.
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