Mientras Victoria sigue aminorando las restricciones y abriendo sus aeropuertos a las llegadas de vuelos internacionales, la premier de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, dice que no es momento para relajarse, y alertó que podría elevarse el riesgo de contagio por culpa de quienes incumplen las medidas del COVID en algunas zonas de Sídney.
Mientras tanto, Tasmania proporcionará 450 puestos de cuarentena hasta finales de año a australianos que están varados en el extranjero por la pandemia.
Por otro lado, Queensland y Australia Occidental se resisten a abrir sus fronteras.
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