¿Podría el Mundial de Catar 2022 impulsar cambios, tras denuncias en materia de derechos humanos en ese país?

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Los jugadores de la selección alemana posaron cubriéndose sus bocas, antes de su partido contra Japón. El hecho se habría dado como protesta contra la FIFA por prohibirle a los equipos portar brazaletes con la bandera LGBTI. Source: AAP / (AP Photo/Ricardo Mazalan)

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Other ways to listen

Con protestas de equipos como Alemania y Australia, así como de artistas de la talla de Dua Lipa y Shakira, la comunidad internacional tiene los ojos puestos sobre Catar por las denuncias de abusos y discriminación. El experto Lucas Lixinski cree que esta puede ser una oportunidad en la que el deporte impulse un cambio, tal como ha sucedido en países como Sudáfrica con el Apartheid, o en Chile durante la dictadura de Pinochet.


Puntos destacados:
  • Aunque no hay cifras oficiales, las denuncias de ONGs apuntan a que unos 6000 migrantes habrían sufrido abusos durente la construcción de los estadios en Catar.
  • En Catar las leyes contra el homosexualismo son severas y han sido fuertemente cuestionadas durante el Mundial.
  • Artistas como Dua Lipa y Shakira se abstuvieron de participar en el Mundial, en protesta por las denuncias de abusos en ese país.
Este Mundial de Catar ha sido catalogado como uno de los más polémicos de la historia.

Cuestionamientos de derechos humanos han puesto la mirada de la comunidad internacional sobre la celebración, debido a las denuncias de supuestos abusos a los trabajadores migrantes que fueron contratados para la construcción de los estadios.

A esto se han sumado las denuncias por el tratamiento a la comunidad LGBTIQ+ por parte de las leyes de ese país, así como el papel de las mujeres en la sociedad, con infinidad de restricciones.

Todo esto ha llevado a artistas y a los mismos jugadores, incluyendo las selecciones australiana y alemana, a cuestionar y protestar. Artistas como Dua Lipa y Shakira se abstuvieron de cantar en la inauguración en protesta por la falta de garantías en Catar.
Lucas Lixinski, profesor de Derecho de la Universidad de Nueva Gales del Sur y miembro del Comité de Derechos Humanos australiano, asegura que "la presencia de los atletas y artistas es bastante fuerte porque son íconos de la cultura popular".
Lo que están haciendo es llamar la atención con lo que está pasando en Catar con relación a los derechos humanos y el resto del mundo. El deporte ha servido muchas veces para cambiar temas de derechos humanos en muchos países.
Lucas Lixinski, miembro del comité de Derechos Humanos australiano
El experto pone como ejemplo el caso de Sudáfrica, pues uno de los primeros tratados internacionales respecto al Apartheid se dio en el ámbito deportivo. Asímismo en Chile, bajo la dictadura de Pinochet, eventos deportivos llamaron la atención sobre lo que estaba pasando y eso ayudó a cambiar la opinión internacional y a poner presión para hacer cambios en el régimen.

También considera que, aunque muchas de las restricciones a las mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+ son consideradas parte de la cultura Catarí, "la cultura no puede usarse como una excusa o para disfrazar" los abusos.
Nations won't wear multi-coloured One Love armband at World Cup
El brazalete multicolor One Love, un signo contra la discriminación, no pudo ser usado en la Copa Mundial, debido a que la FIFA advirtió a los jugadores que impondría sanciones si llegaban a portarlo. Source: AAP / Sebastian Gollnow/DPA
“La cultura es parte de la identidad de un pueblo. Pero la identidad de un pueblo no puede ser respetada cuando exige la discriminación o el maltrato de otras personas”, puntualiza.

En cuanto a las restricciones que se han dado en Catar para algunos periodistas y medios internacionales, Lixinski considera que dichas restricciones son "una gran hipocresía, porque hace muchos años el Gobierno de Catar ha dicho que es, entre los países árabes, el que más promueve la libertad de expresión". Asegura que Catar ha utilizado el ejemplo de Al Jazeera, su red de televisión y de periodismo, como un estándar a lo cual los países árabes deben aspirar.

"Que ahora vengan los periodistas extranjeros y les digan que no pueden reportar ciertas cosas, es una violación a su libertad de expresión y a nuestra libertad de expresión también, porque tenemos el derecho de recibir información", concluye Lixinski.

Para escuchar la entrevista completa, presiona el botón de reproducción bajo el título del artículo.


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