Sinopsis
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) indicó que en los primeros ocho meses de 2020 México expulsó a más 4.700 menores de edad salvadoreños, guatemaltecos y hondureños y que este año deportó a más de 9,500, registrando un alza de aproximadamente un 100 por ciento, con 4.700 casos más.
De conformidad con la legislación tanto de México como de Estados Unidos, ambos gobiernos deben respetar el interés superior del niño o la niña y abstenerse de devolverlo a situaciones de posible peligro.
A mediados de año, las deportaciones de menores hondureños desde México y Estados Unidos llamaron la atención de activistas como Mercedes Pérez, del programa de Apoyo a Migrantes Retornados.
UNICEF plantea que la violencia, la pobreza y el acceso limitado a servicios sociales y a una educación de calidad afectan la vida de niñas, niños y adolescentes de Latinoamérica, en particular de México y algunos países de Centroamérica, forzándolos a tomar la difícil decisión de dejar sus países.
Recientemente, murió un niño de 9 años después de que agentes fronterizos lo hallaron con su madre y su hermano de 3 años, también inconscientes, en el Río Grande que divide Estados Unidos de México.
Pese a que el presidente mexicano prometió durante su campaña a la presidencia que su gobierno no le haría el “trabajo sucio” a Estados Unidos, el mandatario ha militarizado las regiones fronterizas de México para impedir que lleguen a Estados Unidos familias, niños y niñas del Norte de Centroamérica que huyen de la violencia y la pobreza.
Ahora, el mandatario mexicano plantea que junto a Estados Unidos deben atender las causas de la migración en la región.
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