Científicos advierten a los australianos que se preparen para megasequías de más de 20 años

MENINDEE POONCARIE DROUGHT FEATURE

El lecho agrietado de un canal de agua entre Pooncarie y Menindee, jueves 14 de febrero de 2019. El río Darling y los lagos Menindee están bajo presión debido al bajo flujo de agua como resultado de la sequía continua que afecta a más del 98% de Nueva Gales del Sur. Source: AAP / DEAN LEWINS/AAPIMAGE

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El estudio realizado por la Universidad Nacional Australiana y el Centro de Excelencia para Extremos Climáticos advierte que las megasequías previstas podrían superar cualquier otra situación registrada en la historia reciente. El informe subraya la urgencia de tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y avanzar hacia fuentes de energía renovable lo más rápidamente posible.


PUNTOS DESTACADOS:
  • El estudio de la Universidad Nacional Australiana y el Centro de Excelencia para Extremos Climáticos sugiere que estas sequías podrían ser peores que cualquier otra cosa en la historia reciente.
  • El informe de la universidad ha recomendado tomar medidas urgentes para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer la transición lo antes posible a fuentes de energía renovable.
  • Los desiertos son las áreas más vulnerables a las sequías debido a la variabilidad climática a largo plazo, según explica el meteorólogo Max Henríquez.
Australia pronto podría enfrentar megasequías que duren más de 20 años, sugieren nuevos modelos. El estudio de la Universidad Nacional Australiana y el Centro de Excelencia para Extremos Climáticos ha encontrado que estas sequías podrían ser peores que cualquier otra cosa en la historia reciente.

Durante los últimos 24 años, la región suroeste de los Estados Unidos ha estado en sequía.

"Se habla de la sequía como el tren de carga que se mueve más lentamente en cuanto a desastres naturales se refiere. Esta sequía comenzó en el año 2000, y desde entonces el nivel del agua ha bajado alrededor de 160 pies verticales", dice Colby Pellegrino, Gerente General Adjunta de Recursos en la Autoridad del Agua del Sur de Nevada. 

Nuevas investigaciones sugieren que este tipo de megasequías podrían ocurrir en Australia. La modelización climática de la Universidad Nacional Australiana y el Centro de Excelencia para Extremos Climáticos dice que las megasequías son parte de las variaciones naturales del clima de Australia, pero que el cambio climático está haciendo que la posibilidad de un evento tan extremo sea más probable.

"Utilizamos muchos modelos climáticos para investigar qué podemos esperar de las sequías australianas en el futuro. Por un lado, encontramos la posibilidad de megasequías que pueden ocurrir naturalmente y que pueden durar varias décadas. Pero por otro lado, también tenemos el cambio climático que tiende a hacer que las sequías sean más largas, especialmente en el suroeste y el este de Australia, y también está haciendo que las sequías sean más severas debido a las temperaturas más altas", explica Georgina Falster, de la Universidad Nacional Australiana, autora principal del estudio.
El informe de la universidad ha recomendado tomar medidas urgentes para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer la transición lo antes posible a fuentes de energía renovable.

El primer ministro, Anthony Albanese, señala que Australia ya está liderando el camino en ese sentido. 

"Una visión para Australia que ve la energía renovable impulsando la fabricación avanzada aquí para producir más en Australia. Impulsada por energía limpia, posicionándonos para ser una superpotencia de energía renovable para el mundo. Esa es la visión de mi gobierno", asegura Albanese.

Las investigaciones también han encontrado que partes de Australia ya están experimentando sequías más largas debido al cambio climático, incluida la Cuenca del Murray-Darling, que podría esperar futuras disminuciones de lluvia. 

El informe también ha recomendado que Australia esté preparada con planes de almacenamiento y gestión del agua. 

La ministra de Medio Ambiente, Tania Plibersek, dice que para eso sirve exactamente el plan actualizado de la Cuenca del Murray-Darling. 

"No podemos quedarnos de brazos cruzados y permitir que nuestras especies amenazadas, nuestros ríos, nuestros humedales y los tres millones de personas que dependen de este sistema fluvial para su agua potable estén desprevenidos para el próximo período seco", señala Plibersek.

No todos están de acuerdo en que el plan actualizado logrará sus objetivos. La oposición, representada por Perin Davey, dice que no está segura de que sea tan efectivo como necesita ser. 

"Una cosa que sabemos: el cambio climático verá un aumento en los extremos; más inundaciones y más sequías. Pero cuando hay sequía, cuando no hay lluvia, no importa cuánta agua tengas en las licencias porque esa agua no está ahí. Lo que nos ha permitido superar las sequías en el pasado, incluida la Sequía del Milenio, y sabemos lo devastadora que fue, fue la capacidad de capturar los flujos mínimos en ese momento en las presas y gestionar las liberaciones. Este plan de la cuenca no propone y esta enmienda no propone ninguna infraestructura que nos ayude a manejar esos extremos", dice la senadora Davey.
Agricultores como el productor de uvas del Valle de Barossa, Greg Knight, siguen preocupados por la falta de lluvia y cómo se asignará el agua. 

"Dependemos totalmente del clima y el clima aquí. Tenemos algo de agua suplementaria disponible a través de las presas, pero es mínima. Podemos influir en ella en un diez o veinte por ciento como máximo", dice el agricultor.

Los grupos indígenas también están preocupados de que su conocimiento sobre cómo cuidar el río no haya sido escuchado completamente.

"Hablas sobre la muerte de peces. Se está convirtiendo en algo común; ya está sucediendo de nuevo. Hay una alerta de algas azules en Menindee sobre las algas verdeazules", dice a SBS el líder comunitario Barkindji, Owen Whyman, quien advierte que fluvial en Nueva Gales del Sur tiene una gran importancia cultural para ellos y que aún no está saludable. 

Pero la vicepremier de Australia del Sur, Susan Close, ha mantenido que el plan actualizado de la Cuenca Murray Darling ayudará a todos. 

"Esto no es una cuestión de orgullo político. Se trata de la entrega de una Cuenca del Murray-Darling sostenible. Porque así como hemos visto inundaciones, la próxima vez veremos una sequía. Y si no estamos preparados para esa sequía, todos los australianos y todas las australianas sufrirán por ello. La única forma de evitar los peores efectos de la sequía es asignar agua al medio ambiente para mantenerlo saludable durante los momentos difíciles", dice Close, quien además es la ministra estatal de Cambio Climático.
Australia ha tenido alrededor de 10 sequías graves desde la década de 1860, incluida la Sequía del Milenio, que se extendió desde 2001 hasta 2009. Georgina Falster dice que recuerda cómo fue eso y cuánto daño causó a la región de Murray Darling. 

"Soy de Australia del Sur. Crecí durante la Sequía del Milenio, y recuerdo que tuvimos restricciones de agua muy severas en Adelaida. El río Murray prácticamente dejó de fluir cuando llegó a la frontera de Australia del Sur. La desembocadura del Murray se cerró y estuvieron dragando durante casi una década después. Y hubo muchos impactos en las plantas y animales nativos que dependen de ese río, en los ríos a través de la Cuenca del Murray Darling", señala Falster.

Además, dice que su investigación es tanto una advertencia como una oportunidad. 
Es aterrador. La palabra megasequía es preocupante. Pero la razón por la que hacemos y publicamos investigaciones como esta es para que sepamos que estas megasequías son una posibilidad, lo que significa que podemos estar preparados en caso de que suceda una.
Georgina Falster, de la Universidad Nacional Australiana, autora principal del estudio.
El meteorólogo Max Henríquez explica que una sequía es el déficil de lluvias durante al menos tres meses seguidos.

"Eso causa una acumulación en el déficit de agua importante que afecta cultivos, represas, embalses y la vida de toda la región donde se presenta. Es un fenómeno extenso, no es puntual como por ejemplo las inundaciones", dice a SBS el periodista ambiental, investigador, escritor profesor y conferencista sobre cambio climático y desastres naturales.

De acuerdo con Henríquez, la sequía es un fenómeno extenso y no puntual, a diferencia como por ejemplo las inundaciones.

"Está asociado, en algunos casos, con la variabilidad del clima normal de la Tierra y se registra en una región determinada y se repite cada cierto número de años. Hay sequías que se presentan estacionalmente en periodos de temporada seca, como ocurre en Australia. Son meses seguidos con pocas lluvias y la naturaleza está acostumbrada a ese comportamiento climático", explica el colombiano radicado en Francia.

"Otras sequías de extensión que son aquellas asociadas, probablemnte, con la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO), que no tiene una explicación clara pero que se registra y trae consecuencias severas en muchas regiónes. Dura esa sequía un tiempo largo afectando zonas habitadas y ocasionando una crisis económica y social importante,

El experto explica que hay fluctuaciones de más grande escala que están asociadas al cambio climático que, según él, no puede ser atribuido a la actividad del ser humano.

"Nos encontramos en un periodo interglacial que dura en promedio 30,000 años. Hemos transcurrido 12,500 años desde su inicio, lo que significa que nos quedan al menos 17,500 años. Durante este tiempo, la Tierra experimenta un calentamiento. Por lo tanto, el cambio climático, que comúnmente se atribuye únicamente a la actividad humana, no es exclusivamente un fenómeno humano, sino una parte de la variabilidad climática a largo plazo de la Tierra", dice Henríquez.

Henríquez explica que los desiertos, situados en diversas regiones del planeta, son las áreas más susceptibles a las sequías. Esto se debe a que las franjas desérticas se desplazan con la alternancia de las épocas glaciares e interglaciales, lo que impacta en el clima y conlleva a la adaptación y migración de las poblaciones.

Para escuchar el informe y la entrevista con el meteorólogo Max Henríquez, pulsa el botón de reproducción de audio que aparece al inicio de esta página.

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