"Ceniza Negra": la película que conquistó a Cannes por explorar la muerte vista desde la infancia

"Ceniza negra" de Sofia Quiros

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La directora costarricense y argentina, Sofía Quirós, explora cómo los niños se enfrentan de una manera más natural, mágica y orgánica a la muerte, una cualidad que perdemos al crecer.


Si la infancia se caracteriza por el apredizaje, y un constante renacer, ¿cómo se interpreta la muerte desde la niñez?

“Ceniza negra”, el primer largometraje de la cineasta Sofía Quirós, es un retrato íntimo del mundo de una niña cuya vida se ve rodeada por la muerte: una intersección entre la infancia y el duelo.

Protagonizada por actores no profesionales, la película fue rodada en un entorno natural del Caribe que se muestra imponente y majestuoso, con todos sus verdes.

La ópera prima hizo historia al ser el primer largometraje en llevar a Costa Rica al prestigioso festival internacional de cine de Cannes.

“Estábamos representando el cine hecho por mujeres, centroamericano, latinoamericano y además un cine de bajo presupuesto, hecho entre amigos, y de una manera muy íntima y muy familiar”, confesó Quirós orgullosa a SBS Spanish. 

El filme cuenta la historia de una adolescente que se enfrenta simultáneamente a la muerte de sus seres queridos y a la pérdida de su niñez, ayudada por su visión mágica del mundo.

“La muerte se vive de una manera más natural en las personas jóvenes, es un proceso mucho más orgánico donde la persona que atraviesa el duelo no necesariamente es una víctima", explica la directora.

"Cuando somos niños estamos más conectados con el ciclo de la vida, podemos ser más flexibles. En su caso particular, la niña vive con su abuelo, que también está cerca de la muerte”.

Según apunta Quirós, esto pasa con frecuencia en los pueblos de Centroamérica y el Caribe, donde los padres están ausentes y los niños quedan al cuidado de los abuelos.

“Es interesante ver cómo los niños que lidian con la cotidianeidad de la vejez, la muerte para ellos es algo mucho más orgánico.”
“Ceniza negra” de Sofia Quiros
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La cinematografía de la película se caracteriza por tratar el entorno natural de una forma exquisita y cuidada, donde los encuadres hacen de los paisajes un personaje más, cargado de alegorías y metáforas.

Los animales también tienen su representación simbólica, como es el caso de la serpiente, un elemento que aparece de forma constante en la película.

“Es una analogía con la idea de morir y cambiar de piel, la idea de la reencarnación, y es un animal que en muchas culturas significa la transmutación, lo infinito, lo que nunca muere…”

Actores no profesionales

Quirós apostó por trabajar con actores no profesionales, o “naturales” como a ella le gusta decir, aunque admite que esta elección ofrece sus retos, como la organización del casting que se hace más largo y complicado.

“En el caso de esta película, el casting nos llevó casi ocho meses, y vimos a cerca de 900 personas para buscar a los actores.”
"Ceniza negra" de Sofia Quiros
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El personaje del abuelo lo interpretó un hombre que vivía en un hogar de ancianos.

Quirós explica que tomó mucho esfuerzo para que el actor se acostumbrara a las rutinas de una filmación, y entender cómo interpretar a un personaje. La directora confesó que por momentos tuvo que plantear el rodaje casi como un juego de niños, pero que el resultado vale la pena. 

“Cuando uno trabaja con actores naturales tiene que generar una simbiosis, una amistad, y casi que construir una familia con quien se está trabajando, especialmente con gente con edades vulnerables”.

"Ceniza negra" es una invitación a la reflexión sobre cómo desde nuestro propio lugar en la vida entendemos los ciclos naturales con sus inicios y finales, como hace la serpiente al mudar de piel. 


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