Las autoridades australianas evacuaron el lunes a 11 niños que se encontraban en el centro de Nauru para recibir atención médica en Australia.
La Fuerza Fronteriza de Australia informó que aún quedan 52 niños en Nauru después del traslado de los once menores.
Se desconoce cuántos adultos solicitantes de asilo o refugiados viajaron con ellos.
El jede médico del Ministerio del Interior, Parbodh Gogna, dijo ante una comisión del Senado que “en los dos últimos meses” se ha registrado “un incremento sin precedentes” de personas con problemas médicos en Nauru, por razones aún desconocidas.
Pero el médico recalcó que algunos casos puede ser el resultado del largo período en que los refugiados han pasado en la isla y que los problemas mentales de los padres se han transferido a los niños.
Antes del envío de Gogna a Nauru en julio pasado, el Ministerio del Interior no tenía a ningún jefe médico capacitado en el lugar desde la renuncia del psiquiatra John Brayley en octubre de 2017.
En total, quedan en Nauru unas 652 personas, entre ellas 107 familias, así como 626 hombres en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, de acuerdo a los datos de la Fuerza Fronteriza.
El traslado se da después de que el Partido Verde se mostrara dispuesto a apoyar la propuesta del Ejecutivo de Camberra para aceptar la oferta neozelandesa de acogida de hasta 150 refugiados. La coalición conservadora quiere que aquellos que entren en Nueva Zelanda sean prohibidos de entrar a Australia de por vida.
Este proyecto está estancado desde hace dos años en el Parlamento dado que sus detractores consideran que no debería prohibirse la entrada de los refugiados que quieren ingresar al país como turistas o con visados de negocios.
“Necesitamos poner la política de lado y centrarnos en esos niños que están en este momento traumatizados y maltratados”, dijo el líder de los Verdes, Richard di Natale. “Si su acogida en Nueva Zelanda tiene restricciones, solamente en ese grupo, será algo que podríamos considerar. No vamos a considerar poner restricciones o prohibiciones en aquellas personas que quedaron atrás”, recalcó en declaraciones a la ABC.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, afronta una fuerte presión para que se evacúe a los niños enfermos y sus familias fuera de la isla del Pacífico para que puedan recibir atención médica adecuada.
El legislador laborista Tony Burke dijo que se han registrado “problemas muy profundos”.
Asimismo los legisladores liberales Russell Broadbent, Craig Laundy y Julia Banks pidieron a Morrison que evacúe a los niños de Nauru.
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