Harry Irvine, de 10 años, es activo y saludable. Le encanta correr en los triatlones y ayudar a su padre Brendan en el trabajo.Pero la situación no fue siempre así. Harry nació con un teratoma sacrococcígeo, un tumor que se encuentra con frecuencia en los recién nacidos y que le dificultó el desarrollo de sus riñones.
Después de varias pruebas médicas, se encontró que su padre podía convertirse en el donante de Harry.
"Es difícil, no hay duda al respecto, pero el sentimiento posterior es indescriptible", dijo Irvine a SBS News, al enfatizar que “el regalo más grande que puedes dar, es dar vida".
Según las últimas cifras nacionales del Registro de Donación de Órganos de Australia y Nueva Zelanda, más de 500 australianos donaron sus órganos en 2018, y en promedio, cada donación salvó tres vidas.
Amanda Mather es médica renal en el Hospital Royal North Shore, y cree que la falta de información en la población en general, sigue siendo un problema importante en lo que se refiere a la donación de órganos.
Organ transplant surgery Source: SBS
"No creo que la gente entienda cuánta diferencia hace en las vidas de las personas", dijo la doctora Mather.
"Si lo hicieran, probablemente tendrían esas conversaciones antes y se asegurarían de que sus familias sepan cómo se sienten (frente a las donaciones de órganos)", precisó.
La lista de espera para algunos órganos puede ser de años: un nuevo riñón fue el órgano más solicitado por los receptores, seguido de los pulmones, el hígado, el corazón y el páncreas.
Lucinda Barry, directora ejecutiva de Donate Life, el máximo órgano de donación de órganos, dijo que los avances en tecnología y habilidades quirúrgicas significan que solo una pequeña proporción de órganos donados no se utilizan por razones médicas.
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Pero ella cree que todavía hay mucho por mejorar. Australia se queda atrás en el ránking mundial de donación de órganos. El país ocupa el puesto 17 en el mundo.
"Sabemos que alrededor del 70 por ciento de los australianos dicen que están dispuestos a convertirse en donantes, pero solo alrededor del 30 por ciento se inscriben en el registro", explicó Barry.
Aumentar el número de donantes registrados es algo que debe tener un enfoque intercultural en las campañas de concientización, según Neera Bhatia de la Universidad Deakin.
La profesora de derecho ha centrado su investigación en la toma de decisiones al final de la vida, incluida la donación de órganos y los dilemas éticos que pueden surgir.
"Se deben respetar las diferentes normas culturales, creencias y valores, pero también tenemos que trabajar con los ancianos en esas comunidades y las generaciones más jóvenes", opinó Bhatia.
"Necesitamos preguntarnos, cómo disipamos cualquier mito o temor, que puedan tener esas comunidades, incluidas nuestras comunidades indígenas, y eso va a ser un problema generacional", subrayó.
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