¿Las protestas contra la desigualdad son una "primavera latinoamericana"?

La renuncia de Evo Morales, quien desde que llegó a la presidencia de Bolivia en 2006, ha reeditado la interrogante sobre el futuro de Latinoamérica, una región que es la más desigual del mundo y en la que los ciudadanos de diversos países han salido nuevamente a las calles a expresar su malestar haciendo pensar si se trata de una “primavera latinoamericana”.

Personalidades independientes en Chile crean partido político en medio de la crisis.

Personalidades independientes en Chile crean partido político en medio de la crisis. Source: AAP

La renuncia de Evo Morales a la presidencia, que tenía las riendas del poder en Bolivia desde 2006, es el último capítulo del malestar generalizado que marca a Latinoamérica, una región considerada como la más desigual del mundo y en la que los ciudadanos han salido a las calles a expresar su malestar por diversos motivos. 

¿A qué darán paso estas protestas en Latinoamérica, una región que parece reeditar las manifestaciones masivas de la llamada Primavera Árabe de principios de la década que motivó la caída de regímenes como los de Egipto, Túnez o Libia y provocó la guerra civil en Siria?

La percepción de los inversores de Australia

El economista de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés) Tim Harcourt, dijo a SBS Spanish que las protestas en Latinoamérica "afectan la percepción (que tiene Australia) especialmente sobre Chile, país que tiene una fuerte reputación de estabilidad".

"Sin embargo, muchas empresas australianas tienen inversiones a largo plazo en minería, agricultura e infraestructuras, así que se quedarán en LAtinoamérica", precisó el también conductor del programa The Airport Economist, al recalcar que Australia vería con mejores ojos "una mayor igualdad social que acompañe el éxito económico, especialmente en países de la Alianza del Pacífico como Chile, Perú, Colombia y México".

Unas protestas masivas como en antaño

Desde hace años Venezuela ha sido escenario de fuertes protestas  opositoras al gobierno de Nicolás Maduro por considerarlo ilegítimo y en medio de una fuerte crisis social, política y económica.  Los nicaragüenses también han salido a las calles y han sido reprimidos con violencia y recientemente en Bolivia, la crisis y las protestas desencadenaron el fin de la era de Evo Morales, en el poder desde 2006.

Bolivia’s Interim Leader Says Nation Must ‘Reconstruct Democracy’
(The New York Times) Source: The New York Times

Estos son los países marcados por el signo de la izquierda, pero el resto de la región no está ajena.

 Ecuador fue escenario de protestas indígenas, en  Colombia los estudiantes han salido a las calles a manifestarse contra la corrupción y prevén una huelga general contra el gobierno de Iván Duque a finales de mes, mientras que en Perú también lo hicieron tras la disolución del Congreso dominado por la fuerza del expresidente Alberto Fujimori.


Y las llamas del descontento siguen avivadas por el malestar por la desigualdad en Chile, un país con fuertes lazos con Australia, por diversas demandas sociales resumidas en el lema “no es por 30 pesos, es por 30 años”, pero también por la represión de las fuerzas del estado contra los manifestantes que ya ha causado una especie de “epidemia por lesiones oculares” y producido muchas muertes.

En esta región enfrentada por la nueva izquierda, que tuvo a representantes como Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, los Kirchner y Lula da Silva, y una derecha que aglutina a políticos como Jair Bolsonaro,  Álvaro Uribe, Mauricio Macri y Sebastián Piñera, la tentación es la represión autoritaria en un contexto en que no se puede acallar a las redes sociales.

Además los ciudadanos, que no vivieron la represión de las dictaduras como las de Augusto Pinochet o las del régimen argentino ya no tienen miedo y salen a las calles a protestar  armados muchas veces de sus teléfonos celulares  y el escudo de sus cuentas de Twitter e Instagram.

FAES Venezuela
Source: Supplied

El efecto boliviano en Venezuela

Las repercusiones en otros países y el papel del ejército en la política, hasta la espinosa cuestión venezolana aparecen como tres cuestiones expuestas por la situación boliviana en América Latina.

Los hechos recientes en Bolivia tienen "importantes repercusiones en la región", dice Michael Shifter, presidente del grupo de reflexión Diálogo Interamericano en Washington.

"Las reacciones de los otros gobiernos han sido, como era de esperar, divididas, y han mostrado las líneas de fractura y las tensiones ideológicas en América Latina", dijo Shifter a la AFP.

"Es probable que los manifestantes enojados en otros países interpreten el caso boliviano como evidencia de que la presión sostenida en la calle puede tener éxito en derribar gobiernos, lo que podría agregarse a un cóctel ya inflamable en Chile y otros países", sostiene.

"Al mismo tiempo, hay una lección que aprender para otros gobiernos presos del conflicto social", agregó. Para el analista, "el giro de los acontecimientos en Bolivia podría empujar al gobierno de Piñera en Chile a responder de manera más efectiva y presentar propuestas serias para responder las demandas de los ciudadanos".


El factor económico

En América Latina, en donde uno de cada diez ciudadanos vive en situación de extrema probreza  se siente con fuerza la desigualdad.

“ us ricos y no tan ricos están muy separados de sus muchos pobres y no tan pobres. La triste lección es que la democracia es necesaria pero no suficiente. Desde la Colonia hasta nuestros días, las economías latinoamericanas han estado organizadas para el beneficio de unos pocos. Luego de décadas de dictaduras y gobiernos autoritarios, muchos países —además de elegir a sus líderes con votos— esperaban una época de bienestar económico para todos. No fue así”, dice el periodista Jorge Ramos en un artículo de opinión en el New York Times.

En países dependientes de los precios de sus materias primas y en contextos en que la bonanza no llega a todos los ciudadanos, se agudiza el sentimiento de injusticia para aquellos que están rezagados y el sentimiento generalizado de descontento con sus clases políticas y los interminables escándalos de corrupción.

Anti-government protesters arrive by caravan from the capital to show solidarity with the town of Masaya, Nicaragua, Sunday, May 13, 2018.
Anti-government protesters arrive by caravan from the capital to show solidarity with the town of Masaya, Nicaragua, Sunday, May 13, 2018. Source: AAP

La mayoría de los países latinoamericanos no ahorró para las vacas flacas, que se sienten con la desaceleración o la crisis económica. La región crecerá según las previsiones en un 0,2 por ciento y sus gobiernos a ahora se chocan de frente con una población que hará hasta lo imposible para no volver al pasado, apunta el diario Dinero en un artículo del 13 de noviembre.

 Bajo este panorama se encuentra el continente. Si los presidentes no responden rápido a esta nueva época, se podría generar un efecto ‘ejemplo‘ que desemboque en una tardía "Primavera latinoamericana", agrega en su análisis.

Pero para el politólogo Javier La Fuente, “buscar una explicación sencilla para una región con una veintena de países y más de 600 millones de personas, no obstante, resulta quimérico, pese al empeño de no pocos en tratar de construir una suerte de primavera latinoamericana —en un continente donde, para más inri, las estaciones brillan por su ausencia— o armar un complot orquestado por Venezuela, que pese a no sujetarse en pie, sí resulta que tiene la capacidad de desestabilizar a casi todo un continente.”

“El frenazo a millones de anhelos, el cuestionamiento de modelos económicos como el neoliberalismo, la desafección por los políticos, sin importar su ideología, son combustible común en todos los países para que se prenda una llamarada que no tiene visos de apagarse a corto plazo”, agrega La Fuente en su artículo de opinión del 27 de octubre.


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Published 14 November 2019 10:35am
Updated 14 November 2019 12:51pm
By R.O.


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