El calentamiento de la Antártida comenzó la última semana de agosto, cuando las temperaturas en la estratósfera del Polo Sur comenzó a calentarse. Este fenómeno se llama “calentamiento estratosférico súbito” (SSW, siglas en inglés de Sudden Stratospheric Warming), alertó recientemente un grupo de expertos en un artículo publicado en The Conversation.
“En las próximas semanas, se pronostica que se intensificará el calentamiento y sus efectos se extenderán a lo largo de la superficie de la Tierra afectado a gran parte del este de Australia en los próximos meses”, según el estudio liderado por Harry Hendon, de la de la Oficina Australiana de Meteorología (BOM, siglas en inglés).
La BOM predice además que se producirá el calentamiento antártico más fuerte desde septiembre de 2002.
Estas condiciones se suman ya a las temperaturas récord que se han registrado en el hemisferio norte y los incendios salvajes en el Ártico, en territorios canadienses, noruegos, suecos y en la rusia siberiana. Esta situación es inusual porque se trata de zonas congeladas.
Las consecuencias del aumento de las temperaturas en el Ártico son evidentes. En los últimos 30 años se ha perdido la mitad de hielo marino y acelerado la pérdida del casquete glaciar de Groenlandia.
“También son preocupantes las proyecciones climáticas que alertan de posibles veranos sin hielo marino en el océano Ártico para mediados de siglo y de la pérdida de casi la mitad de la masa total de hielo de Groenlandia para 2100”, explica Fernando Iglesias-Suárez del Instituto de Química Física Rocasolano (IQFR-CSIC) en otro artículo en The Conversation.
¿Qué puede pasar en Australia?
El impacto de este calentamiento en la estratósfera puede afectar a la superficie de la Tierra el próximo mes y posiblemente se extienda hasta enero. Más allá del calentamiento de la región antártica, el efecto más notorio se dará en el cambio de los vientos occidentales del Océano Antártico hacia el Ecuador, apuntan los expertos del BOM.
Estos vientos soplarán con fuerza en regiones del oeste de Tasmania, la Isla Sur de Nueva Zelanda, la Patagonia sudamericana, en donde se registrará temperaturas más bajas y más tormentas y lluvias.
Pero para la Australia subtropical, esto traerá cielos despejados, menos lluvias y temperaturas más altas, explicaron los meteorólogos del BOM, que alertaron que el efecto se presentará con fuerza en Nueva Gales del Sur y el sur de Queensland.
De hecho desde el viernes este cambio se ha traducido en el más de centenar de incendios que arden en el este de Australia.
Australia no está preparada para hacer frente al cambio climático
El grupo de funcionarios gubernamentales más poderoso de Australia ya había alertado desde hace tiempo al país que se prepare ante los “riesgos climáticos sistémicos de escala nacional” ya que éstos pueden afectar a “todo el espectro de la actividad humana” y poner a prueba de forma abrumadora la capacidad de respuesta, según publicó hoy la cadena australiana ABC.
El Grupo de Secretarios de los Riesgos Climáticos, que incluye a algunos de los altos mandos militares y directores de los principales ministerios del gobierno federal, comenzó a reunirse en 2017 y aunque no ha sido desmantelado, está inactivo.
El Ministerio de Defensa advirtió ante un comité del Senado que el cambio climático creará “presiones concurrentes” contra las fuerzas armadas por un incremento de las operaciones frente a los desastres.
Entre los problemas que apuntó este grupo respecto a la capacidad de respuesta se menciona a la tormenta de asma de Melbourne, que mató a diez personas, el apagón en Australia del Sur, y las inundaciones e incendios convergentes en Tasmania.
El año 2019 acumula récords de temperatura en el mundo
Con récord de temperatura en Europa y el Polo Norte, el año 2019 se encamina a ser uno de los más calurosos de la historia moderna, señal del calentamiento climático provocado por las actividades humanas.
Julio de este año fue el mes más caluroso en el mundo desde que se miden las temperaturas, justo por encima del registrado en el mismo mes en 2016, según datos del servicio europeo Copernicus sobre el cambio climático.
Según Copernicus, julio de 2019 fue un 0,04 ºC más caluroso que julio de 2016, año del récord precedente, marcado por la influencia del fenómeno climático de El Niño.
Los últimos cuatro años han sido los más calurosos de la historia moderna en el mundo, según la ONU.
Con +1,2 °C, el año 2016, marcado por El Niño ocupa por el momento el primer lugar, delante de 2015 y 2017.
Y 2019 va camino a sumarse al selecto grupo de los cinco años más calurosos, según la organización meteorológica mundial.
Con informaciónd e AFP
