Tras las catastróficas inundaciones en la costa este del país, los expertos en servicios de emergencia aseguran que los científicos del clima “nos han estado advirtiendo durante décadas sobre desastres catastróficos y, lamentablemente, los estamos experimentando ahora, y con más frecuencia”.
En un difundido por la organización Emergency Leaders for Climate Action, los exjefes señalan que los australianos están experimentando eventos climáticos extremos cada vez más catastróficos que “están poniendo vidas, propiedades y medios de vida en mayor riesgo y abrumando nuestros servicios de emergencia”.
El comunicado alerta de que Australia no está preparada para los impactos del cambio climático acelerado y se remiten a los incendios forestales de “Verano Negro” de 2019-2020, y denuncian que la situación de falta de preparación no ha cambiado.
“Las lecciones están ahí, pero nadie las está aprendiendo. Si los gobiernos estatal y federal hubieran implementado todas las recomendaciones de la Comisión Real sobre desastres naturales, estas inundaciones catastróficas podrían haberse desarrollado de manera muy diferente”, dice el comunicado.
Las recientes inundaciones que han arrasado numerosas comunidades en Nueva Gales del Sur y Queensland se han cobrado la vida de, por el momento, 21 personas
La limpieza continúa en ambos estados mientras cerca de 100 unidades de casas móviles se dirigen a las comunidades devastadas para proveer de cobijo a los que han perdido sus hogares.
El primer ministro Scott Morrison sigue bajo ataque por su manejo inicial de la crisis, pero insiste en que las fuerzas de defensa y las agencias involucradas se movieron lo más rápido que pudieron.
"En un desastre como el que he visto en Lismore, ninguna respuesta podrá satisfacer la abrumadora necesidad", dijo Morrison a Nine Network el domingo.
"La primera respuesta siempre viene de la comunidad... luego viene del SES y luego viene el ADF para apoyar eso.
“El SES o las fuerzas de defensa, no suplen esa respuesta comunitaria, la suman, la apoyan y traen el equipo pesado”.
Sin embargo, los exjefes de emergencias aseguran que parte de los daños se podían haber evitado.
“A las comunidades se les podía haber dicho que se preveían subidas récord de las aguas y podrían haber tomado decisiones informadas para mantenerse a salvo a sí mismas y a sus familias”.
Los expertos aseguran además que era necesario reforzar la infraestructura crítica y las telecomunicaciones para que las personas pudieran haber pedido ayuda, y que se podían haber hecho simulacros de preparación “para garantizar que los socorristas estuvieran mejor preparados”.
Scott Morrison and his wife Jenny visit the flood affected property of Darren Vaughan and Chloe Konispoliatis Source: AAP
Aseguran que, implementando algunas de estas medias, el impacto en las personas habría sido menos grave y la respuesta habría sido más rápida, y que “es posible que se hubieran salvado más vidas y medios de subsistencia”.
Los firmantes del comunicado aclaran que con sus palabras no quieren criticar a los profesionales de los servicios de emergencia, sino que su crítica va dirigida “directamente al gobierno de Morrison, que tiene la tarea de coordinar nuestra respuesta nacional y estaba en condiciones de comenzar a implementar todas las recomendaciones de la Comisión Real hace más de 500 días”.
El texto hace referencia a los compromisos necesarios para reducir el calentamiento global, y asegura que “en este punto, se requiere una acción climática verdaderamente transformadora. Esto significa reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 75 % para 2030 y alcanzar cero emisiones netas para 2035. Tanto esto como la preparación adecuada es tarea del gobierno federal”.
