La esperanza de encontrar con vida al menor de dos años, Julián Rosello, se mantiene, pese a que no ha habido contacto con él después que cayera por un estrecho pozo, a unos 100 metros de profundidad, el pasado 13 de enero en Totalán, cerca de Málaga, mientras jugaba y sus padres preparaban el picnic.
Después de abandonar un plan inicial para sacarlo desde el mismo túnel debido a los colapsos y derrumbes repetidos, los trabajadores recurrieron a un plan alternativo este fin de semana: excavar un pozo vertical paralelo de una profundidad de 60 metros. Adicionalmente se requerirán unas nueve horas más para acometer el encamisado y relleno de tierras.
Una vez que alcancen dicha profundidad, un equipo de ocho mineros bajará por el pozo para comenzar a cavar un túnel horizontal en la ubicación donde creen que se encuentra el niño. Ellos tendrán que continuar excavando la tierra con sus manos, unos cuatro metros de profundidad, para dar con él.
Toda esta intensa labor no se concretará antes del martes dijo Ángel García Vidal, coordinador del operativo de rescate del menor.
"Profesionalmente creemos en lo que estamos haciendo, creemos en la posibilidad de encontrarlo vivo y todos luchamos por encontrarlo vivo. Esa es nuestra esperanza y nuestra meta", dijo el jefe del servicio de protección civil en la provincia del sur de Málaga, Rafael Gálvez.
Los expertos dijeron a los medios de comunicación españoles que hay pocas posibilidades de que Julen aún esté vivo, explicando que el clima frío frena el metabolismo de un cuerpo, por lo que necesita menos energía y puede sobrevivir con una respiración anormalmente baja y flujo sanguíneo.
Ha habido casos similares a los de Juliánn en los que una persona llegó a sobrevivir 10 días en un estado semiconsciente que necesitaba menos oxígeno, dijo el jefe de la Federación Andaluza de Espeleología, José Antonio Berrocal, a periodistas en Totalán la semana pasada.
La Guardia Civil tomó declaración a los padres y al empresario que cavó el pozo, según un portavoz del cuerpo policial, que señaló que es una práctica habitual en este tipo de casos.
Cuando ocurrió el accidente, el pozo carecía de señalización, y una fuente del gobierno de Andalucía señaló que el empresario no había solicitado los permisos necesarios para hacer esa obra.