El gobierno del estado de Nueva Gales del Sur, el más poblado de Australia y el más afectado por la actual sequía, ha relajado las leyes para permitir que los agroganaderos maten un mayor número de canguros.
Esta medida permite que los agroganaderos puedan solicitar por internet o por teléfono una licencia para matar a estos animales típicos de Australia, en lugar de hacerlo en persona.
Los cadáveres no se dejarán en las praderas y la carne puede ser utilizada para fines no comerciales, incluso como cebo.
Australia ha autorizado a los granjeros del estado de Nueva Gales del Sur a disparar contra los canguros debido a la invasión de estos animales en sus fincas empujados por la severa sequía.
"Los canguros que están cerca de las fuentes de comida y agua están poniendo una gran presión en las granjas y debemos revertir esto lo más pronto posible", dijo esta semana el ministro de Industrias Primarias de Nueva Gales del Sur, Nial Blair.
El ministro consideró que la población de canguros, cuya población en todo el país se calcula en 50 millones, ha llegado “a proporciones de una plaga”.
La medida supone facilitar de manera temporal a este colectivo el acceso a las licencias para cazar canguros, que en situaciones normales están muy restringidas.
In the NSW Central West, farmers continue to battle a crippling drought Source: AAP
Y es que la sequía arrecia y según datos de la Oficina Australiana de Estadística, en el pasado junio se sacrificaron 655.621 vacas (7,8 por ciento más que el mismo mes del año anterior), así como 2,1 millones de corderos y 869.660 ovejas, lo que representa un aumento del 12,2 y 39,3 por ciento respecto del mismo periodo de 2017.
Pero el activista y gestor de un santuario para animales salvajes heridos, Steve Garlick, dijo a la ABC que los canguros no son una plaga sino buscan obtener alimentos y aguas.
“Los canguros no se han reproducido en proporciones de una plaga. Se pueden ver muchos en áreas específicas pero se debe a la sequía, sin duda”, remarcó el académico al recalcar “que al parecer, a nadie le interesa la vida salvaje en este tipo de situaciones”.
El activista y defensor de la vida salvaje se opone vehementemente a la matanza de canguros al considerar que la decisión puede ser peligrosa.
“Abre la puerta para que cualquier elemento de la sociedad los mate por diversión en una noche de viernes con unas copas de cerveza y un arma”, precisó.
Se calcula que más de un millón de canguros es sacrificado cada año para proteger los terrenos agroganaderos.
Según datos de RSPCA y deliberación Animal NSW alrededor de 120.000 de ellos son matados de forma inhumana.
Source: Universal Images Group Editorial
