Australia a merced de una plaga de ratones, una de las peores en las últimas décadas

La plaga de ratones, una de las peores desde la década de 1990 en Australia, azota desde hace meses a las regiones de Nueva Gales del Sur y Queensland. Los destructores roedores, que los agricultores de las zonas del este del país limpian por centenares, comienzan a avanzar hacia otros estados y territorios.

A supplied undated image obtained Tuesday, May 1, 2021

Dead mice at a property in Gilgandra, NSW. Source: AAP

"Imagina vivir constantemente con ratones. Cada vez que abres un armario para coger la ropa de cama, la ropa o la comida, los ratones han estado o están todavía allí. Cuando te vas a dormir, corren por tu cama y, por la mañana, tu primer trabajo es vaciar las trampas llenas de ratones muertos. Y el hedor de los ratones muertos llena las calles. Incluso los gatos y los perros se hartan de los ratones y dejan de perseguirlos”.

Así describe la situación que se vive en el este de Australia, el experto de la agencia gubernamental científica CSIRO, Steve Henry en la revista The Conversation, al referirse a la “distópica realidad” de muchos agricultores de Australia.

Los ratones domésticos, que están bien adaptados a las condiciones climáticas australianas, s, que son fértiles a las seis semanas de su nacimiento y pueden dar a luz a una camada de seis a diez crías cada 19 a 21 días. Una sola pareja puede tener 500 crías en una temporada.


Puntos destacados:

  • La plaga de ratones es la peor desde la década de 1990.
  • La plaga se extiende n una zona de cultivo que se extiende desde el sur de Queensland, pasando por el centro de Nueva Gales del Sur, hasta el norte de Victoria, así como de un brote en la península de Yorke, en Australia del Sur.
  • Las mismas lluvias veraniegas que acabaron con la sequía e hicieron florecer de nuevo los campos han introducido abundante alimento para los roedores, que se multiplican a un ritmo vertiginoso.
  • El primer registro de una plaga de ratones en Australia se registró a finales del siglo XIX, aunque, según CSIRO, la mayor ocurrió en 1993, cuando los costes ascendieron a más de 90 millones de dólares.

Las miles de toneladas de veneno y las trampas ingeniosas no han podido detener a la plaga de roedores que azota al este de Australia desde hace meses. Los cansados agricultores no tienen tregua por la sucesión de desastres que los aqueja desde la sequía, que siguió a los incendios forestales y recientemente las inundaciones.

Pero después de meses, estos roedores no solamente han destruido los cultivos y las casas de los granjeros de NSW y Queensland, sino que avanzan por todo el territorio.
Según el portal news.com.au, ya se ha reportado la presencia de ratones en una zona de cultivo que se extiende desde el sur de Queensland, pasando por el centro de Nueva Gales del Sur, hasta el norte de Victoria, así como de un brote en la península de Yorke, en Australia del Sur.

"Nadie entiende una plaga de ratones hasta que la ha vivido. Nadie entiende el olor absolutamente penetrante, el hecho de que se coman tus muebles, es simplemente horrendo. Los ratones se han comido todo el aislamiento de nuestros sistemas de aire acondicionado. Se han comido los cables del techo de la escuela, se han comido partes del cuadro eléctrico de la residencia del director", dijo a The Guardian Australia John Southon, director de la escuela Trundle Central, en el centro oeste de Nueva Gales del Sur.

Lluvia de ratones

Las imágenes en las redes sociales muestran cómo los roedores saltan por doquier, dentro de las casas y en las calles y los cultivos, Sin embargo, una de las imágenes más impresionantes es cuando se ve una “lluvia de ratones”, tanto vivos como muertos, que caen del aire.

El vídeo es de la periodista de ABC, Lucy Thackray, quien publicó imágenes en las que se observa cómo los animales llueven desde el cielo, mientras se le hacía una limpieza a un silo, lugar que por lo general se destina para el almacenamiento de granos.

Una vez comenzó la limpieza del lugar de almacenamiento, los ratones vivos y muertos empezaron a caer al mismo tiempo que los granos, y tal fue la cantidad de estos animales, que los cuerpos se empezaron a amontonar en el suelo.

Los ratones no solo se comen los granos sino que contaminan los alimentos de los animales doméstico y provocan un incremento de las infecciones de leptospirosis, que es una enfermedad infecciosa que se transmite con agua contaminada por la orina de los animales infectados.

Crisis económica y sanitaria

"Es una crisis económica y sanitaria. Desde la contaminación de la comida y el agua por los ratones, hasta las enfermedades que propagan, esta plaga está afectando más que los cultivos, sin mencionar el estrés que causa", dijo esta semana la directora ejecutiva de la Asociación de Mujeres Rurales de la región, Danica Leys.

Y es que la plaga de ratones no solo ha agotado las reservas de dinero de los agricultores, sinot ambién provocan enfermedades y muchos problemas mentales por el estrés y la angustia.

La plaga de ratones ha hecho que los agricultores de ese país le exijan al Gobierno medidas para combatir los problemas, a lo que el Ejecutivo de Nueva Gales del Sur anunció la semana pasada un paquete de 50 millones de dólares para que tengan acceso de forma gratuita al veneno y tratamiento de granos.

El gobierno estatal también ha buscado la aprobación urgente del ente regulador para el uso del potente raticida bromadiolone, un químico que para su ministro de Agricultura, Adam Marshall, es como poner "napalm a los ratones", según declaraciones recogidas por la cadena local ABC.

Algunos agricultores han perdido toda su cosecha de verano a causa de los roedores y otros han gastado hasta 150.000 dólares en cebos para matar a los ratones.

Y no sólo es una carga económica para los habitantes de las zonas rurales, sino que también supone un impuesto en otros aspectos.

"Una cosa es que destruyan tu cosecha", dijo el agricultor de Inverell Martin Murray, al añadir que “otra cosa es lidiar con el olor".

"Los ratones tienen dos olores: cuando están vivos, es un olor extraño y sucio. Pero luego está el olor cuando están muertos y en descomposición, que es aún peor",afirma Lisa Minogue, de 48 años, que vive en una propiedad rural cerca de Barmedman, en Nueva Gales del Sur, en declaraciones recogidas por news.com.au.



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Published 17 May 2021 9:06am

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